lunes, 27 de abril de 2020

Secuelas

Para mi todo era un juego, él me tomaba del brazo y gritando: -¡¡Ahí vienen!! ¡¡ahí vienen!!- corríamos a escondernos bajo la mesa del comedor, -¡¡Shhh!!- me decía mientras tapaba mi risa con su dedo índice - No hagas ruido, pueden encontrarnos y no queremos que eso suceda. 
Pasábamos al menos media hora en silencio, muy quietos, prestando atención. 
Diez años más tarde comprendí que no jugábamos a las escondidas, nos ocultabamos de sus recuerdos... Los ingleses. 

domingo, 26 de abril de 2020

ESCUCHAME

Ahora lo recuerdo y me cago de risa, no sabes lo que fue ese día, desde la celda de al lado primero tranqui: “¡Llavero, necesito ir a enfermería! ¡Llavero necesito ir a enfermería!” Y así unas diez veces mínimo, después ya empezó a gritar, "ya voy , ya voy" contestaba el cobani a todos sus llamados.
Yo no sabía lo que tenía a pesar de que éramos vecinos, nunca decía nada, hablaba muy poco y después de que se lo llevaron nos enteramos que estaba enfermo de tuberculosis y supuestamente tenía esquizofrenia, aunque para mí nada que ver, yo lo veía como alguien normal o mucho mejor que el resto. Me pasaba las pastas que se negaba a tomar porque no se sentía como un loco, me decía "tomá fíjate si te pegan".
Bueno, cuando por fin se decidió el poli a llevarlo a enfermería ni bien abrió la puerta se comió uno tras otros los golpes con una especie de boleadoras, hechas con pilas y cubiertas en bollos de medias, "sabés que no me gusta repetir las cosas, una vez nomás te tengo que llamar" le decía como si fuera su viejo, ahí al toque llegaron como diez para reducirlo pero antes  les surtió a todos unos buenos golpes, se rascaban la cabeza esos ratis.
Siempre dije que es increíble que no puedan con uno solo, los veía ahí re inútiles todos.
¡Si te contara cada historias de ese tipo!, era un loco bueno, con los buenos era bueno, o con quiénes no le jodían mejor dicho, al final no hay nadie "bueno bueno" parece, ni acá afuera ni allá dentro.

                           

lunes, 6 de abril de 2020

¿KARMA?

La primera vez que se atrevió a hablar recibió unos buenos golpes como respuesta, el labio partido era el mensaje de que a veces es mejor callar.
Su madre la abandonó cuando apenas tenía tres años, el único recuerdo que le dejó fue el intento desesperado por lanzarse de los brazos de su padre al ataúd.
La madrastra era la encargada de criarla o mejor dicho de mantenerla apenas viva midiendo el pan y la comida, mientras el primo de la vieja se ocupaba de hacer su vida aún más miserable, un hombre de treinta años, moreno, de casi dos metros de altura aprovechaba cualquier momento a solas con la niña desde los cinco años. 
Durante cuatro largos años al caer el sol el miedo, la angustia y la desesperación la consumian, a la hora de ir a la cama se aferraba a las sábanas con fuerzas y apretaba los puños con furia, atenta a cualquier movimiento pero cuando el sueño aflojaba sus músculos ya sentía las grandes manos, una tapaba su boca, más bien toda su cara y la otra robaba su inocencia. 
Una vecina de esas que entran sin golpear nunca hubiese sido tan bienvenida como aquella tarde, el gigante la tenía levantada, tomandola por la espalda. La mujer rabiosa lanzó unos gritos y éste salió corriendo, no se volvió a escuchar su nombre siquiera hasta que tres años después llegó la noticia a la casa, se encontraba trabajando en el campo y el tractor que conducía golpeó un poste, el cual cayó sobre su espalda haciendo que los ojos y los pulmones quedaran colgados.

domingo, 5 de abril de 2020

DESORIENTADA

-Sesenta y cinco - escuché decir a uno de los tantos que permanecían sobre el cuerpo tendido en medio de la cocina.
- ¿Sesenta y cinco?- replicó otro ¿Contaste bien?-
- Sí.
Mientras yo permanecía sentada en un rincon con la cara entre las manos.
- Emoción violenta de tres a seis años- fueron las palabras del juez.
¿En realidad merezco solo eso?. Parecía estúpido. ¿Eso vale una vida?. Unos pocos años encerrado y ¿ luego qué?.
-¿ Por qué lo hiciste?- preguntó mi propia hija un año después cuando decidió que quería verme, en tanto yo mantenía la vista perdida, en las rejas de color azul, que me separaban de la calle, si supiera que reproduzco la misma escena buscando una respuesta certera... Tenía un amorío con la inquilina del frente, sí, me despreciaba cada vez que lo buscaba en la cama, si, pero esos no eran motivos suficientes... ¿ Por qué simplemente no tomé mis pocas cosas y me largué de ahí?, supongo que esperaba a que volviera a ser el mismo de antes.
En ese momento unas pocas palabras bastaron para que yo misma me desconociera, no logro recordar cómo ni cuándo tomé el destornillador, solo me veo ahí haciendo el mismo movimiento una y otra vez. ¿ No intentó detenerme acaso?... Tampoco lo sé.
Sentí una caricia en el hombro y el sonido de sus zapatos alejándose.

INTRUSO

¿ Quién desconfiaría de un niño de cuatro años?. Nadie.
Mamá heredó la casa de los abuelos, siempre trabajó muy duro para los dos, yo me quedaba en la guardería y ella pasaba por mi a las tres de la tarde cada día.
No tenía necesidad de buscar un hombre que la amara, solía decir que yo era su todo, ¿ puedo decir que éramos felices? Lo éramos en realidad, pero ella pretendía encontrar alguien que le ayudara a medida que yo crecía, pensaba que sola no podría guiarme por "el buen camino" y que en algún momento necesitaría la figura de un padre para poder afrontar la vida.
Cuando creyó encontrar al individuo correcto éste terminó abandonándola con unos cinco meses de embarazo igual que papá, cuando nació Felipe los últimos rastros del amor que era mío fueron desapareciendo, me pasé dos años intentado hallar el modo de recuperarlo.
Esa tarde mamá nos recogió y cuando llegamos a la casa entró a bañarse, no era frecuente que tardara mas de cinco minutos ya que en una oportunidad logró rescatarlo al verme arrastrándolo hasta la orilla de la cama cuando él tenía unos pocos meses, en otra ocasión pude llegar a morderle una oreja fue muy gracioso verlo llorar. Así que ese día tomé a Felipe de la mano y lo llevé al patio de atras, teníamos una pequeña pero profunda fuente para que bebieran los pájaros, allí lo empujé, vi como pateaba hasta que dejó de moverse.
Creí que mamá volvería a verme como antes, que me arroparía y me besaría todas las noches, sin embargo solo la veo llorando cada ves que me asomo a su cuarto, lo que por cierto tengo prohibido. Lleva meses encerrada, la tía es la que nos cuida.

sábado, 4 de abril de 2020

BAJO EL ÁRBOL DE SIEMPRE

La mañana siguiente bastó con que su perro rasgara un poco la tierra para lamer por última vez su rostro. 
Esa, no era diferente a otras tantas noches en las que solía sentarse bajo el árbol de la esquina a fumar y dejar que la mente volara.
Vio acercarse a sus amigos... Con los que creció jugando  en ese mismo lugar, con los que compartió largas charlas de felicidad y tristeza.
Un golpe seco en la nuca y, ¿ conoces el chillido de un hombre forzándose por respirar?, ¿ese que emite cuando el oxígeno no llega mas que a la garganta?. Una puntada entre las costillas, el mas fuerte lo montó y se encargó de que la cabeza sólo pendiera de un tendón. De todas formas los cuatro quedaron bañados en su sangre, eufóricos por haber cazado un animal nocturno.
No se dieron cuenta que ya no estaban en el monte, que habían dejado atrás la última cuadra donde terminaba y empezaba el barrio. 

viernes, 3 de abril de 2020

UN CASO MÁS

Estamos acostumbrados a recibir llamados por robos, violencia familiar, vecinos molestos y toda esas cuestiones civiles. Pero a las diez am un joven afirmó ver un sujeto en el descampado cerca de las vías del tren, cargando dos bolsas de consorcio aparentemente de un peso considerable por lo que esperó a que se alejara un poco y se acercó a husmear, no sabemos que pretendía hallar pero al abrirlas se encontro con partes de cuerpo humano, las dos piernas y el cóxis. Por lo que inmediatamente ante su declaración concurrimos al lugar, no estoy seguro de cuanto tiempo transcurrió pero estimamos que al menos veinte minutos. Mientras la científica corroboraba la denuncia y llevaba a cabo el peritaje nosotros nos dirigimos a la persecución del civil, lo localizamos a unos 700 metros, cargaba una mochila grande que impedía que se moviera rápido. Al verse acorralado sin dar señal de agresión o intento de fuga se clavó un puñal en medio del corazón. 

Las pericias realizadas en el departamento confirmaron que la occisa había sido mutilada con una amoladora debajo de la ducha. También se produjo el hallazgo de una olla con agua sobre la hornalla de la cocina, con restos de lo que probablemente fueran el corazón y el cerebro. De la mochila del presunto femicida se extrajeron los brazos, el tórax fraccionados y partes del cráneo. 

MUERTO EL PERRO

- Hola, ¿Qué hacés?... ¿Pasa algo?, es tarde... ¿Qué hiciste? ... ¡¿Qué hiciste carajo?! ¡¡hablá!!
- Perdón...No tardan en llegar, vienen a buscarme...
- ¡¿Qué decís?!. ¿Quiénes?. ¡¿Quiénes vienen??!! 
- Perdí la billetera, se me cayó cuando venía corriendo para acá... Ya deben saber quién soy... Por eso vienen.
- ¡Dejate de joder pelotuda!!. ¡Hablá bien!. ¡No entiendo una mierda!. Son casi las dos no tengo ganas de bromas.
- ¡Ya está!!. Quemé su auto con el adentro, pero primero le corté el cuello.
- ¡Dale!. ¡¿Me estás tomando el pelo?!
-Estaba harta!!, ¡No lo soportaba más! 
- Pe.. pe.. pero... yo te dije que lo evitaras
- Me siguió, ¡Él me siguió toda la semana!!. Desde la puerta del laburo.
- ¿Por qué no me llamaste??... Sentate estás temblando... ¿De dónde?... ¿De dónde sacaste el cuchillo?.
- ¡Dios!! ... Lo tenía en el auto... ¿ Te pensás que aceptaba que ya no quería verlo?. Era él o yo.
-¡Mierda!. Ahora vos sos la culpable y él  la víctima. No puedo hacer nada... ¡¿Qué puedo hacer?!
- Ya dijiste... nada... solo ven a verme de vez en cuando... Tengo que irme, ya veo las luces.
-Esperalos acá 
- No, no quiero complicarte. Solo quería despedirme.
- Está bien... no lo hacés... Supongo que entenderán.
- ¡Ja!. ¿Todavía crees en la ley?. 
- Tengo que abrir... Entonces pagaremos los dos.



                                   ¿SE ACABÓ LA RABIA?

jueves, 2 de abril de 2020

EL BRUJO

La noche anterior fue la definitiva, ya estaba cansado de oir a los animales siendo sacrificados y los golpes en la pared que compartían sonaban en su almohada. Intentó persuadirlo  de que parara, pero como respuesta recibió unas pocas palabras: -¡Voy a matarte!. ¡Así como a tu madre!
Eso era ilógico, pensó volviendo a la cama, ella había muerto unos meses atrás en una operación a corazón abierto luego de una serie de complicaciones que arrastró varios años.
Allí estaba, sentado en la vereda, había fumado tanto como se lo permitían sus pulmones, la garganta quemaba y el cuerpo entero repudiaba ya la nicotina respondiendo con náuseas.
Lo vio venir a una cuadra de distancia, entró corriendo y sin titubear tomó  un cuchillo de la mesa. Al salir del mismo modo, quedó paralizado unos segundos, caminó lentamente los últimos cincuenta metros, volvió a detenerse a dos pasos de él, por primera vez vio sus ojos, dos llamas penetrando en su alma.
Una zancada y ya lo tenía del hombro, con la otra mano clavó el arma en su estómago y la deslizó hacia arriba.
El brujo lo abrazó, abrió la boca, pero no emitió sonido alguno. Cayeron lentamente arrodillados, con fuerza retiró la hoja de metal del cuerpo, las vísceras se desparramaron en el suelo.
Las calles estaban vacías y frías. Volvió a sentarse en la vereda, con las manos ensangrentadas prendió otro cigarro.
En vano he intentado comunicarme con él, allí nadie contesta, imagino el eco del teléfono apagandose en los pasillos de paredes altas y blancas.